Una Inversión Histórica en Energía Limpia
La ciudad de Maringá, en Brasil, está a punto de convertirse en una referencia nacional e internacional en la producción de Combustible Sustentable de Aviación (SAF). La multinacional norteamericana Satarem America Inc. eligió este lugar estratégico para instalar su primera fábrica de SAF en América Latina, con una inversión estimada en US$ 425 millones (R$ 2,3 mil millones).
El proyecto no solo representa un salto hacia la descarbonización del sector aéreo, sino también una oportunidad de desarrollo económico y social con la creación de hasta 800 empleos directos y 3.000 indirectos.
Un Proyecto con Impacto Global
Producción de SAF y metas de descarbonización
La planta se instalará en el límite entre Maringá y Sarandi, utilizando inicialmente el etanol como materia prima principal.
El objetivo central es producir un combustible de aviación con bajísimas emisiones de gases de efecto invernadero, en línea con el Acuerdo de París, que exige alcanzar cero emisiones netas en el transporte aéreo para 2050.
La expectativa es que el primer litro de SAF se produzca en diciembre de 2028, marcando un hito para la industria energética regional.
Razones Estratégicas de la Elección
Infraestructura y logística de clase mundial
Según el CEO de Satarem America Inc., Jerome Friler, la elección de Maringá se basó en factores clave:
- Amplia disponibilidad de etanol en la región.
- Infraestructura logística eficiente.
- Proximidad al Puerto de Paranaguá, lo que facilita la exportación.
Además, la compañía subrayó su compromiso con la diversidad e inclusión laboral: el 50% de los colaboradores serán mujeres y el 30% jóvenes, reflejando un modelo de desarrollo sostenible también en lo social.
Perspectivas a Futuro
Más innovación y expansión en la región
La primera planta se enfocará principalmente en la exportación de SAF y ya existen negociaciones con aerolíneas internacionales, como Ethiopian Airlines.
En paralelo, la compañía proyecta la construcción de una segunda planta, que incorporará otras materias primas renovables como el biogás, ampliando el impacto positivo en la transición energética global.
Conclusión
La megafábrica de SAF en Maringá representa un paso decisivo hacia un futuro energético más limpio, con beneficios directos para el medioambiente, la economía regional y la aviación internacional.
Con inversiones de esta magnitud, América Latina se posiciona como actor clave en la transición energética global, demostrando que la innovación, la sostenibilidad y la colaboración son motores de un cambio real.